Creer que la VIDA es la responsable de todo lo malo que pasa sería el peor error que podemos cometer. Cuantas veces se ha mal acostumbrado en decir: “la vida es así” o “así es la vida” para justificar y responsabilizar un acontecimiento no grato que sucede. Como si fuera la vida la culpable y la merecedora de tanta desgracia y maldad. Pero en verdad, ha sido el humano quien con su mal actuar ha desorientado el verdadero rumbo de la vida por hacer uso de su egoísmo y poder. Hemos sido los únicos responsables que el mundo no esté bien.
Dios concibió a la VIDA como una de las más grandes maravillas y obras de su creación sobre la faz de la tierra, fue el mejor regalo que nos pudo dar; por lo que no puede haber imperfección cuando un don viene de lo divino y superior. Todo el camino ya está trazado y es perfecto sólo falta poner de nuestra parte para que todo lo que hagamos salga bien. La vida nos dio la luz y nos regaló cada instante en el vivir y cada elemento de la naturaleza para subsistir. Sólo construyendo la armonía entre todos los que habitamos en este mundo podremos alcanzar la dicha y prosperidad y sin ninguna maldad.